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Merhaba, bienvenidos… Avanti, adelante.

1677, era de piratas…

La esclavitud, en diversas formas, fue un negocio floreciente en todos los confines del mediterráneo durante el siglo XVII. Las regencias de Túnez, Argel y Trípoli, eran infames en el mundo cristiano, los lugares donde se obligaban a trabajar a los desgraciados cautivos de por vida, o los encerraban para obtener un rescate. También, habían prósperos mercados de esclavos en Malta y Livorno, se compraban tanto a los musulmanes como a los cristianos, cazados unos a otros para obtener bienes monetarios, las guerras entre los países era demasiado costosa. Todos desconfiaban de sus países vecinos, mas el mayor enemigo, el cual causaba gran temor, era Constantinopla, el emperador Moulay Ismail, hombre fiel de la dogma fe del Corán.

Los esclavos estaban confinados a servir en las galeras o galeotas, buques de guerra de distinta fe, siendo amarrados al remo hasta que sus vidas perecieran en dicha tarea, así, como otros eran destinados a los trabajos locales; desempeñándose en las minas o reconstrucción de la ciudad donde permaneciesen. (Si se trataba de Argel, se les encerraba en el bagnio, una prisión que les daba cobijo; poca comida, letrinas expuestas junto a la cama mientras el olor contaminaba, un nicho donde los inocentes y asesinos, así como ladrones, compartían refugio hasta el amanecer) Otros, no con mejor suerte, eran comprados por dueños privados donde se les daba otros quehaceres, todos y cada uno de ellos vilmente azotados hasta morir. Miles de hombres, mujeres y niños, eran arrancados de sus lechos para conocer un tipo de vida diferente, nunca formidable.

Argel, ciudad de barbería, inexpugnable fortaleza construida con gigantescos bloques de piedra sobre un islote bajo y rocoso. Los flancos de la fortaleza era una sucesión de superficies angulosas diseñadas para reflectar balas de cañón. El parapeto estaba erizado de cañones, y en lo alto, una bandera que simbolizaba a todos los piratas que se emprendían en el océano en busca de pillajes de innumerable valor, ya fuesen humanos o mercancías varias. La mayoría de los piratas llegaban a negociar a este puerto, en efecto, era un hervidero de pulcra maldad y libertinaje por doquier. Eso, no expiaba a las demás regiones ya nombradas, todas tenían algún tipo de similitud con Argel.



Nota:

Para ser un Corsario o mejor dicho pirata, necesitáis dar fe que “No hay más Dios que Alá, y Mahoma el mensajero de Dios” por favor, no pongáis palabras demás en mi boca. Si vuestro merced es nuevo, y queréis ser un Corsario, no tenéis la reconfortante necesidad de pronunciar el Shahadah pues, esto sólo entra para los estimados que deseen agradarnos con la idílica necesidad por ser esclavos primero, y luego pasar a convertirse a Corsos.

Si llegáis a acariciar la idea de ser un Chevalier (Hombres de la fe cristiana, enemigos de los Corsarios) no tengáis miedo en hacerlo ¡Hacedlo! Pues es vuestra decisión particular lo que mejor queráis ser.

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